Iael Gambini
Tiempo de lectura: 4 minutos

Este libro lo conocí mientras navegaba en algunos videos de YouTube hace un tiempo, en busca de recomendaciones de libros sobre desarrollo personal. Sucedía que en Uruguay no lo vendían ya que es de editorial española, por lo cual, ¡no tenía como hacerme de él… hasta que viajó mi familia y con un pedido insistente me trajeron los 3 tomos! El que traigo aquí es el primero de ellos.
Sobre el formato del contenido: se trata de 50 personajes de éxito dentro de la historia mundial y por cada uno, Francisco Alcaide nos brinda 10 reflexiones poderosas. Lo encontré sumamente interesante, ya que no sólo impactan las similitudes entre dichos personajes, sino que, además, derriba paradigmas sobre la fama de esas personas y el cómo lograron construir el entorno que los rodea. Como dice Jim Rohn; “los hombres de éxito tienen grandes bibliotecas; el resto, grandes televisores”.
Algunos conceptos que destaco: A lo largo de la lectura detecté que varias de las figuras tenían en común varios conceptos en sus reflexiones. Me gustaría compartir 7 de ellos, que entiendo podemos aplicarlos para aumentar la posibilidad de lograr metas en nuestras vidas.

- La riqueza no puede ser el fin último que nos motive a actuar. Debemos encontrar un propósito de vida que provoque en nosotros tener una disciplina innata para hacer las cosas. El libro habla de una “motivación trascendente”, es decir, sentir que nuestras acciones contribuyen a una causa mayor.
- El éxito es la libertad de hacer con tu tiempo lo que quieras. ¿De qué sirve ser exitosos a nivel profesional si luego no podemos invertir en nosotros y nuestros afectos los beneficios de ese trabajo? Debemos buscar un equilibrio laboral y emocional.
- El fracaso es necesario para crecer, debemos tratarlo como un suceso más en la vida y entender el mensaje que tiene para darnos. Estos eventos no nos definen como personas. Este punto es súper importante dentro de los que vengo a traerles, ya que por miedo a fracasar muchas personas no deciden actuar. ¿Pues saben qué? “si aprendes de tus fracasos, no has fracasado”. Parte de pasar a la acción es derribar ese miedo a la opinión pública sobre nuestros resultados. Henry Ford fue claro al decir “tanto si piensas que puedes, como que no puedes, estás en lo cierto”. Limitarnos a actuar por el qué dirán, es quedarnos viviendo sin saber cómo sería nuestra mejor versión.
- Los grandes logros se consiguen gracias a la consecución de pequeñas victorias, debemos ser pacientes y constantes. La naturaleza es sabia, así como la siembra tiene su tiempo de maduración previo a su cosecha, no podemos pretender que tengamos resultados inmediatos si no perseveramos en nuestras acciones. Debemos cultivar la paciencia y gestionar la ansiedad. Un ejemplo dentro del libro habla del bambú chino: luego de plantar la semilla, transcurren 5 años sin resultados visibles, pero su crecimiento es subterráneo. Al final del quinto año, crece exponencialmente hasta alcanzar los 25 metros de altura. El éxito llega al aplicar la disciplina diariamente, siendo conscientes que los resultados van a estar tarde o temprano. ¿Dolor de disciplina o dolor de arrepentimiento? responde a tu preferencia.
- Asumir la responsabilidad de nuestro estado actual sin quejarnos es la única forma de cuestionarnos si queremos quedarnos en el punto A o pasar a un punto B. El crecimiento es incomodidad constante. Necesitamos desafiar nuestras creencias limitantes para así cultivar nuevos hábitos que nos hagan avanzar. El libro plantea dos tipos de personas: las que creen que las cosas suceden y las que hacen que las cosas ocurran. Justificar nuestros actos son meras excusas. Los grandes exitosos evitan la queja y buscan alternativas para lograr sus objetivos.
- Meditar como hábito diario. Varios personajes mencionan la importancia de la meditación y sus beneficios. La plantean como una forma de conexión con uno mismo y el entorno. Nos invitan a abrazar el silencio para conectar con nuestra verdadera esencia.
- Debemos ser personas rectas y con buena voluntad. Nadie quiere tener vínculos con malas personas. Todas nuestras acciones tienen que estar respaldadas por un sentido de justicia y generosidad. Actuar con falta de ética, tarde o temprano, será nuestra perdición. Debemos vivir de tal forma que, si alguien habla mal de nosotros, nadie le creería. Comprometernos con las buenas acciones es un requisito esencial para el éxito y la felicidad.
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